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Arreglos de eternidad
2 participantes
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Arreglos de eternidad
Bueno, este es uno de mis primeros fics. Ha sufrido varias modificaciones desde que he empezado a publicarlo y ahora, les dejo la versión "mejorada". Espero que les guste ya que es sobre uno de mis animes favoritos: Yu Yu Hakusho. Voy a ir subiendo de a poco los capítulos y de paso, voy a subir también algunas imágenes de los personajes nuevos que aparecen en el fic en le próximo capítulo. Por ahora, les dejo la introducción. Disfrútenla n_n
Resumen: Atsuki es una chica torpe pero muy carismática, capaz de convencer a cualquier con una sonrisa. Después de mucho tiempo de vivir fuera, su familia regresa a Japón y por esas cosas del destio, vuelve a encontrarse con un amigo de la infancia. Pero su encuentro, podría desencadenar algo más que una simple amistad.
Es ahora cuando los problemas comienzan...
Personajes: Kurama/Suichi Minamino, Yusuke, Hiei, Kuwabara, Koenma, Keiko, Botan, entre otros
Advertencias: Lemon, violación, muerte de varios personajes
Género: Drama, romance, acción
Espero que les haya gustado el primer capítulo y de paso, les dejo un dibujo de Atsuki
Arreglos de eternidad
Resumen: Atsuki es una chica torpe pero muy carismática, capaz de convencer a cualquier con una sonrisa. Después de mucho tiempo de vivir fuera, su familia regresa a Japón y por esas cosas del destio, vuelve a encontrarse con un amigo de la infancia. Pero su encuentro, podría desencadenar algo más que una simple amistad.
Es ahora cuando los problemas comienzan...
Personajes: Kurama/Suichi Minamino, Yusuke, Hiei, Kuwabara, Koenma, Keiko, Botan, entre otros
Advertencias: Lemon, violación, muerte de varios personajes
Género: Drama, romance, acción
Capítulo 1
Cómo entraste a mi vida
Cómo entraste a mi vida
- Spoiler:
- Era un día soleado y fresco; el primer día de clases de Atsuki. Ella se levantaba mientras los cálidos rayos del sol se colaban por su ventana.
Era una chica de 14 años, de estatura mediana y delgada; sus cabellos eran largos (hasta la cintura), color almendra suave; sus ojos eran color lavanda con reflejos azules y su piel era muy clara aunque sin llegar a ser demasiado pálida.
-¡Arriba! Ya es hora de que te levantes- decía mientras habría las ventanas en el cuarto de Kenichi, uno de sus hermanos. Un joven de cabello corto, color café, de estatura mediana (aunque un poco más alto que Atsuki), de 17 años, se cubrió la cara con la almohada para evitar que la luz solar le diera de lleno sobre el rostro. Era al que más le costaba levantarse, por lo que ella siempre entraba muy animada al cuarto para hacer que él se despertara y saliera al fin de la cama. Todos los días sucedía lo mismo, por lo que ya lo había tomado como parte de su rutina diaria hacer que el dormilón de su hermano se levantara a tiempo para no llegar tarde al colegio.
Luego, bajó y terminó de servir el desayuno a los demás integrantes de su familia.
-¡Buenos días, Atsu-chan!- saludó muy alegre Shiki (un joven de cabello negro, tez clara y ojos casi grisáceos) mientras se sentaba a desayunar. Era el hermano del medio, con 19 años.
Atsuki era la más pequeña de la casa, por lo que siempre había sido la más consentida (especialmente porque era la única mujer de la casa, ya que su madre falleció cuando ella tenía 3 años). El más grande era Yuuma que tenía 24 años, le seguía Shiki, Kenichi, además de todo, vivían con su padre, Sorata.
Era el primer día de Atsuki en el colegio Meiou, ya que cómo hacia poco habían vuelto a la ciudad, ella tuvo que inscribirse en otro colegio y al quedarle más cercano aquel, fue su primera elección, puesto que así no tendría que demorarse al tomar el subte.
Bajaron sus hermanos y su padre a desayunar con ellos.
-¿Cómo estás para tu primer día de escuela?- preguntó Sorata, el padre de Atsuki con una sonrisa mientras tomaba su bowl de arroz y comenzaba a comer.
-Muy bien, la verdad es que extrañaba este lugar- dijo con mucho ánimo y una gran sonrisa. Su padre sonrió, al ver a su hija tan feliz, sentía que su ánimo se contagiaba por todo el ambiente y eso era lo que mantenía a todos llenos de energía y con una sonrisa.
-¿Y tú, Kenichi?- se dirigió Sorata hacia el menor de los muchachos, quien ya estaba en el último año, al siguiente entraría a la universidad. Éste no mostraba el mismo entusiasmo que su hermana y se lo veía demasiado dormido todavía.
-Creo que bien- respondió casi sin ganas por lo cansado que estaba. Si hubiese sido por él, se estaría levantando pasado el mediodía, casi como hacia todos los fines de semanas en lo que no tenía ningún otro tipo de compromiso.
Terminaron de desayunar y Atsuki se levantó de la mesa para lavar todo y luego, buscar sus útiles y a su hermano. Kenichi y ella iban al mismo colegio, así que iban juntos por la mañana.
-Bueno, dormilón, ya es hora de irse- tomó a su hermano del brazo y lo comenzó a jalar hacia la puerta –nos veremos a la noche- saludó al resto de su familia -hasta eso, me aseguraré de que Kenichi llegué al colegio a horario- sus hermanos se rieron de la escena que presenciaron y luego fueron a alistarse para ir a trabajar y a estudiar, respectivamente.
Mientras iban camino al colegio Atsuki hablaba con su hermano. Siempre se había llevado mejor con Kenichi, quizá porque tenia un carácter más dócil o porque la diferencia de edad era menor que con sus dos hermanos mayores.
-Deberías ponerle un poco más de ganas a las mañanas- le reprochó Atsuki a su hermano.
-O tú deberías quitarle un poco- respondió sonriente.
-Eres increíble- bufó resignada mientras seguían caminando.
Llegaron al instituto y se separaron en la entrada del mismo, acordando esperarse a la salida, como siempre habían hecho.
Atsuki esperó fuera del salón de clases a que el profesor la presentara al resto de sus compañeros.
-Ella será su nueva compañera- dijo el profesor de matemáticas después de que escribió el nombre de Atsuki en la pizarra –su nombre es Kusanagi Atsuki- ella hizo una reverencia mientras saludaba a todos –siéntate junto a la ventana- señaló el asiento libre el profesor mientras ella se dirigía hacia allí. La clase siguió normal, sin ningún tipo de interrupciones.
En el recreo, Atsuki se vio avasallada por los demás alumnos, que se acercaron a hacerle todo tipo de preguntas. Ella al principio, no se sintió muy cómoda con ello, pero intentó no prestarle demasiada atención y adecuarse un poco a la situación.
En el siguiente recreo, sólo se quedó con un grupo de chicas que se habían ofrecido a mostrarle el resto del instituto. A Atsuki le habían caído simpáticas, por lo que no puso ningún tipo de obstáculos para ello. El problema surgió en el camino, cuando iban al patio de afuera y Atsuki logró ver a alguien familiar.
Era un chico pelirrojo de cabello largo y ojos verde esmeralda. Atsuki, sin pensarlo dos veces, se separó del grupo de chicas y se acercó hacia a él, quien estaba solo.
-¡Oye, Atsuki-chan! ¡¿A dónde vas?!- le gritó Natsumi, una de las jóvenes, pero ella no la escuchó.
-Disculpa- dijo Atsuki al joven pelirrojo. Éste volteó a verla y los ojos de la joven se iluminaron -¿Suichi? ¡Sí, tú eres Suichi!- exclamó la joven, abalanzándose sobre él en un abrazo. El muchacho no sabía qué hacer en ese momento –sabía que eras tú. Me alegra mucho volver a verte- decía emocionada sin soltar al joven pelirrojo.
Mientras que sus amigas la contemplaban desde lejos.
-¿Qué esta haciendo Atsuki? ¿Acaso lo conoce?- dijo Natsumi incrédula de lo que veía. Nunca había visto que nadie se dirigiera así a Minamino, mucho menos una chica que recién entraba al colegio.
-Encima, es el chico más popular de nuestra división- agregó Sayuri atónita.
Mientras tanto, Atsuki seguía con Suichi.
-¿Eh…?- pronunció el joven sin que Atsuki lo soltará.
-La verdad es que no pensé que vinieras al mismo colegio que yo.
-Eh… este…Lo siento…- balbuceó él sin poder recordar de dónde conocía a la muchacha –pero ¿te conozco?- dijo con su habitual tono tranquilo y demostrándose un poco incomodo con la situación. Atsuki se separó de él y lo miró seria, mostrándose algo sorprendida y enojada.
-¿Eres Suichi Minamino? ¿Verdad?- él asintió -¿no me recuerdas? Soy Kusanagi Atsuki. Nos conocemos desde que éramos pequeños. Hicimos la primaria en el mismo colegio, éramos compañeros- agregó ella intentando hacer que recordara. A él le sonaba familiar ese nombre pero no la recordaba del todo, así que negó con la cabeza -¡eres un tonto! Y yo que estaba tan feliz de volver a verte y tú ni si quiera me recuerdas- le gritó Atsuki enojada.
-No, espera…
-¡No! Me voy- y se dio la vuelta sin decirle más nada, al tiempo que Suichi la observaba marcharse totalmente atónito por lo que acababa de sucederle.
Atsuki volvió con su grupo de amigas y siguió hacia el patio.
-Atsuki- la interrogó Sayuri -¿conoces a Minamino?
-Si, Atsuki-chan, cuéntanos. Él es chico más popular del colegio- intervino Natsumi –además del más guapo.
-Vamos, Atsuki-chan- agregó Suzumi mientras caminaba al ritmo pausado de Atsuki. Llegaron a la sombra de un árbol y se sentaron ahí a hablar con ella.
-No quiero hablar de él ahora, es un ¡tonto! Yo estaba muy contenta de volver a verlo después de tanto tiempo y él ni si quiera recuerda mi nombre ¡arggg!- exclamó irritada -¡no puedo creer que no me recuerde!...- suspiró - pensé que si me veía de nuevo…- y se quedó ahí ya que se dio cuenta de que estaba hablando demás –no importa- se levantó de su lugar, ya que se sintió sonar la campana –volvamos a clases- agregó sonriendo como si nada hubiese sucedido. Sus nuevas amigas se miraron entre sí y luego, la siguieron. Estaban comprobando que Atsuki era una joven bastante extraña.
Las clases llegaron a su fin y Atsuki fue a su casa junto a Kenichi.
-¿Qué tal tu día?- preguntó él.
-Me encontré con Suichi, aunque él no me recordó.
-Y a ti te molestó- dijo picarescamente su hermano haciendo que Atsuki se molestara aún más –pero es normal que haya pasado. Tú has cambiado mucho desde que no estamos aquí.
-Creo que tienes razón. Igual no justifico el hecho de que no se haya acordado de mí- respondió aún enfadada. Su hermano hizo una mueca picaresca y no le dijo más nada respecto a este tema.
-Es más, casi pareces una mujer- dijo adelantándose antes de recibir un golpe de su hermana menor, quién apenas lo oyó salió corriendo tras de él.
-¡Oye!
Llegaron a casa después de una maratón prácticamente y se quitaron los zapatos en el hall de entrada cuando al entrar Mick, un pequeño zorrito color negro azulado (con una pequeña particularidad: tenía de dos colas), saltó sobre Atsuki.
-¡Mick!- lo recibió alegre entre sus brazos -¿me extrañaste?- preguntó la chica alegre. El zorrito movió ambas colas –muy bien- el zorrito pasó al hombro de Atsuki mientras ella subía las escaleras –me cambiaré e iré a hacer la cena.
-¿Quieres ayuda?- se ofreció Kenichi entrando a la cocina, ya aburrido de tener que hacer su tarea (ya que esa era la única forma de que él ayudara en la cocina).
-Si quieres, puedes ir poniendo la mesa- dijo Atsuki mientras terminaba de subir las escaleras con Mick en su hombro derecho.
Atsuki hizo la cena y esperaron a que el resto de su familia llegara.
Una vez que terminaron de comer, Yuuma y Shiki se encargaron de lavar los platos por lo que ella fue a darse un baño para luego irse a dormir.
"Suichi" pensaba la joven mientras se recostaba en la cama con una expresión risueña después de su primer día de clases.
–Mick, ¿sabes qué? Hoy volví a ver a Suichi –dijo muy feliz a su amiguito para luego, acomodarse mejor en la cama y suspirar- estaba muy guapo- dijo con una mirada risueña mientras miraba el techo –creo que no ha dejado de gustarme.
Espero que les haya gustado el primer capítulo y de paso, les dejo un dibujo de Atsuki
- Atsuki:
Re: Arreglos de eternidad
Me agrada cómo va la historia, tiene buena pinta así que ya me tendrás leyéndote por aquí n_n
¡Saludos!
¡Saludos!
Zillah- Mensajes : 149
Ingreso : 16/12/2011
Localización : ¿Acaso me necesitas?
Re: Arreglos de eternidad
Gracias por comentar. Espero sea de tu agrado éste capítulo también
Capítulo 2
Eres especial
Capítulo 2
Eres especial
- Spoiler:
- Durante la semana, Atsuki logró acercarse a Suichi un poco más, debido a la amistad que tenían cuando eran niños. Esa fue una de las principales razones por las que estaban retomando aquel vínculo amistoso, además de que Atsuki era demasiado testaruda para dejar todo en el pasado y olvidarse de sus sentimientos por Suichi. Había pasado demasiado tiempo cultivándolos como para olvidarse así como así de su primer amor. Además, estaba segura de que podría tener alguna oportunidad con él ¿verdad que sí? Así que podría jugársela algún día, sólo faltaba que hallase el momento perfecto para hacerlo. Ya llegaría. Ya llegaría.
-Buenos días, Suichi-kun- saludó Atsuki al ver al joven camino a la escuela, haciendo que su atención se postrase en ella y sonriera.
-Atsuki, Kenichi, buenos días- contestó el joven alegre al verlos a ambos ya que Atsuki iba en compañía de su hermano. Además, ella y Suichi vivían bastante cerca ellos, y al parecer, se levantaban casi a mismo horario para partir hacia la escuela, por lo que pronto se les hizo un hábito encontrarse todas las mañanas para ir al instituto.
Llegaron a la puerta del instituto y Atsuki se encontró con sus amigas mientras que Kenichi y Suichi siguieron.
-Nos veremos luego- saludó ella a ambos muchachos agitando la mano mientras caminaba.
-Claro- respondieron a coro ambos.
Las primeras clases eran las más aburridas. Tenían Historia, Geografía, Matemáticas y Literatura, empezando de manera muy tediosa su mañana.
Y aunque Suichi era bastante diestro en aquellas materias, a Atsuki le costaban un poco, en especial las matemáticas. Nunca había tenido cabeza para los números, por eso, siempre debía esforzarse más de la cuenta para lograr aprobar a final de año el curso.
Sonó la campana del receso, todos comenzaron a dispersarse dentro y fuera del salón para charlar con sus amigos y ponerse al tanto de lo que hacían y lo que harían luego, sin embargo, Atsuki se excusó con sus amigas y subió a la azotea del colegio, quería estar sola un momento (además de que le estaba molestando un poco estar encerrada por tanto tiempo). Sentía muchas cosas desde que volvió a su ciudad natal. Había muchos recuerdos, amigos, aromas, lugares maravillosos de su pasado que volvía a ver, sentir y recordar después de varios años de haberlos olvidado. Pero su paz no duraría demasiado. La puerta del lugar se abrió y luego se escuchó una voz que Atsuki conocía bien.
-Sabía que ibas a estar aquí- dijo la voz detrás de ella, por lo que volteó a ver quién era, aunque en el fondo, ya lo sabía, era sólo una confirmación el mirar al pelirrojo después de eso.
-¿Me estabas buscando?- preguntó asombrada la muchacha a su amigo. Después del pequeño e incómodo encuentro que había tenido días atras con él y mucho más, al verlo en la mañana un poco callado, pensaba que lo último que iba a hacer era acercarse a ella cuando estuviera sola.
-Sí, quería pedirte perdón por lo del otro día. Lamento no haberte recordado en aquel momento- se excusó Suichi apoyándose en la baranda de la azotea, al igual que Atsuki –y durante la semana, fue muy difícil hablar contigo a solas. Parece que eres muy popular.
-No hace falta que lo hagas- dijo ella con una sonrisa surcando su rostro –hacía mucho tiempo que no nos veíamos, es normal que no me recordaras. - respondió recordadnos lo que su hermano le había dicho ese día y en eso, sintieron la puerta abrirse sólo un poco y vieron a un pequeño zorrito negro azulado que llegó corriendo y saltó a los brazos de Atsuki. Ella lo recibió alegre mientras Suichi los miraba extrañado.
"¿Dónde consiguió a una mascota así?" se preguntaba mirando al animalito.
-¡Mick! Te dije que te quedarás en casa- lo regaño y el zorrito saltó al hombro izquierdo de ella y se posó en la cabeza de Atsuki.
-Es tu mascota ¿verdad?- preguntó extrañado.
-Sí, Mick es mi amigo ¿verdad Mick?- dijo mirando a su pequeño amigo mientras el movía sus dos colas –siempre está conmigo, es casi mi guardián- finalizó sonriendo.
-Sí, recuerdo que siempre tenías a un zorrito extraño contigo- dijo haciendo memoria al fin y recordando que ella de pequeña, siempre iba acompañada de un animal bastante raro y pequeño.
-¡Hey! Mick no es extraño.
-Dime que es muy normal ir por ahí con un zorro de dos colas- la joven se quedó sin saber qué decirle. Tenía razón en ello: Mick no era normal, incluso, tenía ciertos poderes que un zorro normal no tendría, pero no dijo nada respecto a eso ahora. Seguro Suichi lo recordaría luego o tendría que volver a contárselo. Es como si ese tiempo que habían pasado de niños no hubiese significado tanto para él como si lo había sido para Atsuki.
-Bueno, quizá tengas razón- dijo ella dando por finalizada aquella discusión y poniendo una sonrisa en su rostro.
Se quedaron un rato hablando cuando sonó la campana indicando el final del receso del almuerzo
–¿La campana? Upss, creo que te hice perder el almuerzo- dijo ella un poco apenada sacando su lengua mientras pasaba su mano por la nuca.
-No importa, estaré bien- respondió él animándola –puedo sobrevivir un rato sin almorzar- agregó con una sonrisa.
-La próxima vez me avisas. No quiero que vuelva a ocurrir esto, sino, seguiré sumando puntos negativos en tu lista- comentó sonriente ella y Mick dio un ladrido -creo que ya debemos volver a clases ¿no lo crees?- agregó muy entusiasta aunque en realidad se sentía mal de dejar de hablar con él en aquel momento. Él asintió –si quieres podemos volver juntos a casa- finalizó.
-Claro- bajaron y se dirigieron a su curso, justo cuando estaba llegando su profesor de Algebra.
Aunque la mente de Suichi se encontraba muy lejos de aquella clase. Se había quedado pensando en Atsuki
"¿Por qué razón ella tendrá una bestia sagrada por mascota? Un humano común no podría tenerla, y tampoco la aceptaría así como así" pensó, y en ese momento no le dio mucha importancia pero no se le olvidó por completo aquel tema.
Durante el siguiente receso, Atsuki fue con Tetsuya a la biblioteca a buscar unos libros sobre algebra (materia en la que no le iba muy bien a ella). Atsuki había logrado hacer varios amigos, entre ellos, estaba Suzumi, Sayuri y Tetsuya, un joven apuesto y alto, de cabello color café y ojos color agua marina. Con ellos pasaba algunos recreos en otros, y en otros pasaba a solas con Suichi.
Ambos entraron, se sentaron en una mesa libre, al final del pasillo y Tetsuya empezó a explicarle los diferentes problemas y formulas a su amiga, quién intentaba asimilar todo aquello de una sola vez.
-Tet-kun, es inútil. Jamás entenderé esos sistemas de ecuaciones- se quejó ella dejando de lado el ejercicio que había resuelto mal.
-No te preocupes, seguro lo entenderás. Quizá, necesitemos otro libro- miró el que tenía –ve y busca el libro “Álgebra 1” mientras yo sigo haciendo este problema- ella se levantó y fue hasta la sección de matemáticas. Estaba viendo la larga fila de libros cuando sintió que chocó con alguien y se oyó el ruido de algunos libros caerse.
-¡Ay, lo siento!- dijo volteándose -¡Suichi-kun, no te vi!- él se levantó y ayudó a que ella lo hiciera también, cuando de pronto, llegó la bibliotecaria enfadada.
-No te preocupes- respondió el muchacho a Atsuki.
-¡¿Qué es todo este enredo?! ¡Están en una biblioteca!- dijo encolerizada al ver los libros en el suelo y el escándalo que habían hecho al tirarlos.
-Eh… yo…-dijo Atsuki.
-¡Tú, Nada! Ahora arreglen esto y ambos se quedaran después de clase acomodando libros aquí- los reprendió severamente mientras ambos asentían y luego, se fue. Ambos se agacharon y comenzaron a juntar los libros que se habían caído.
-Qué amargada, si fue un accidente- refunfuñó Atsuki tomando un par de libros y colocándolo de nuevo en el estante.
-Sí, tienes razón At-chan.
-Lo siento, Suichi-kun. Por mi culpa tú también estás castigado.
-No te preocupes, al fin y al cabo tú no tuviste la culpa- finalizó sonriendo.
-Pero…-
-No digas nada o me enfadaré en serio- y le sonrió colocando los libros que Atsuki le pasaba en las estanterías –terminemos de recoger esto.
-Sip- dijo ella alcanzándole el último libro –todo esto por un tonto libro de algebra- se quejó Atsuki.
-¿Estás estudiando álgebra?- preguntó el al ver que el libro que llevaba en la mano era un poco más simple de lo que ellos estaban viendo.
-Estudiar es una gran palabra para lo que yo hago con el algebra- se quejó resignada ella mientras abrazaba el libro y caminaban por el pasillo de estantes.
-¿Te va mal?- dijo divertido Suichi –si quieres, puedo darte una mano en nuestro castigo- se ofreció él deteniéndose a mitad del pasillo y tomando un libro de historia con una sonrisa. Era muy diestro con los números, así que no le sería difícil darle un par de lecciones a Atsuki o eso es lo que él pensaba. No sabía en lo que se estaba metiendo ahora mismo.
-¡En serio! Gracias, aunque no sé si podrás enseñarme algo. Tetsuya ya lo ha intentado y ha fracasado.
-No importa. Te enseñaré igual y ya verás que aprenderás- agregó él muy confiado en lo que decía. Estaba seguro de poder ayudar a Atsuki. No por nada tenía la fama de uno de los ladrones más buscados del mundo espiritual ¿Qué tan difícil podría resultar ser maestro de aquella joven?
Re: Arreglos de eternidad
Lindo capítulo, me agrada mucho Atsuki y el pobre Suichi que quda atónito con ella cerca XD
Espero conti n_n
Espero conti n_n
Zillah- Mensajes : 149
Ingreso : 16/12/2011
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